
Lucy Herney es una profesora afrocolombiana de Timbiquí, en la costa del Pacífico del Cauca. Con más de 40 años de experiencia en educación, la profesora Lucy -como la llaman cariñosamente sus alumnos- tiene un enorme conocimiento de cómo se emplea tradicionalmente la escolarización en las zonas rurales de Colombia, así como valiosas ideas sobre la mejor manera de utilizar la educación como herramienta para la paz y el cambio social positivo. En concreto, Lucy ha compartido su perspectiva de primera mano de que la educación -y los educadores- en las zonas rurales de Colombia no se valoran ni se apoyan como deberían como partes interesadas centrales de los Acuerdos de Paz de Colombia de 2016. Además, sostiene que desde la firma de los Acuerdos no se han producido cambios sustanciales para mejorar la situación en las zonas rurales de Colombia -donde la pobreza y otras dificultades son bastante evidentes- y que la situación en su comunidad sigue siendo la misma o podría decirse que peor, debido a la falta de apoyo de todas las partes interesadas, para la educación rural y otros compromisos de desarrollo.

Para Lucy, con el fin de utilizar el potencial constructivo de la educación formal para promover el progreso positivo de la comunidad (y la paz en general) se deben promover mayores niveles de compromiso y respeto en todo el sistema escolar. Al igual que cuando ella era una joven estudiante y que sigue siendo cierto hoy en día, las partes interesadas en la educación deben esforzarse por escuchar y comprender mejor las necesidades de cada estudiante, así como capacitarlos con la realidad de que tienen tanto deberes como derechos con la sociedad y su comunidad, dice. Respetando a los alumnos y a quienes les enseñan, la escuela puede apoyar cada vez más el problemático proceso de paz.